Pablo Edelstein
Arte y Vida
Arte
Pablo Edelstein dominó la cerámica escultórica, la pintura, el grabado y el dibujo, incursionó en el collage y el happening. En su repertorio están el erotismo, la tauromaquia, las flores, los paisajes, los bustos y cabezas, los bodegones y la experimentación, la geometría y la abstracción. Vivió obsesionado con la figura humana, que fue puliendo y sintetizando hasta volverla angular. Al final de su camino, se encontraba subyugado por la Cinta de Moebius y el deseo de atrapar en chapa metálica una idea del infinito.
Piezas monumentales y murales dejaron su sello en el espacio público. En su taller, siempre de puertas abiertas para alumnos, hijos y nietos, había días de modelo vivo, en los que hacía un boceto tras otro, y otros dedicados a la cerámica. Todo lo hacía feliz en su espacio de trabajo.
Vida
El arte nunca dejó de hacer vibrar a Pablo Edelstein. Sin desvelarse por el éxito comercial, dedicó su vida a la pasión por crear. Alcanzó la maestría en el dominio de la cerámica, sin dejar de lado la pintura, el dibujo, el grabado, la escultura, el collage, el happening y el mural.
Hijo de la Europa ilustrada, campeón de espadas y caballos, era también amante de la música y la lectura, a la vez baqueano de la pampa grande, padre amoroso y docente dedicado.